La mitología griega el origen de los dioses.

La mitología griega, y en especial el origen de los dioses griegos, ha sido durante siglos un tema que despierta fascinación y a lo largo de los años me he sorprendido preguntándome por el origen de estos dioses griegos. ¿De dónde surgieron sus historias? ¿Quién les dio forma por primera vez? ¿Qué simbolismos esconden detrás de sus gestos, sus furias y sus amores? ¿Cuántas versiones han sobrevivido a los siglos, dispersas como fragmentos de un mundo ya perdido? ¿De qué tierras nacieron estos dioses… y en qué rincón de la memoria humana reposan ahora?

En la búsqueda de estas raíces antiguas volvemos la mirada hacia el pasado, y allí nos recibe un océano de relatos: miles de páginas que se entrelazan, contradicen, iluminan y oscurecen. Pronto descubrimos que una sola vida no basta para descifrar todas sus preguntas, pues la mitología griega es el egeo vivo, vasto e inabarcable.

Dioses, héroes, criaturas y mitos han sido forjados por las manos de poetas, historiadores y pensadores. Con su cálamo sobre frágiles papiros otorgaron inmortalidad a quienes, en un tiempo remoto, la anhelaron. Otros narradores, más antiguos aún, escribieron en el firmamento: trazaron constelaciones que guardan las hazañas de los inmortales y el destino de mortales cuyo espíritu descendió al Hades.

Porque la mitología griega nunca ha sido solo un conjunto de fantasías del mundo antiguo. Es, ante todo, un espejo de su cultura, un tejido de símbolos, rituales, creencias y temores; la voz de un pueblo que buscó comprender su lugar entre la tierra y lo divino. Un legado que aún hoy nos invita a explorar sus enigmas.

Principales autores que dieron vida a los mitos griegos.

Para comprender la mitología griega el origen de sus dioses y la evolución de sus relatos, es necesario acudir a los autores que los preservaron.

Homero: la voz que encendió la épica griega.

Homero es considerado una de las principales fuentes de la mitología griega antigua, pues en sus obras aparecen dioses y hombres, sus pasiones, debilidades, hazañas, furias y amores.

“Diosa, canta del pélida Aquiles la cólera desastrosa que asoló con infinitos males a los griegos y sumió en la mansión de Hades a tantas fuertes almas de héroes que sirvieron de pasto a los perros y a todas las aves de rapiña… Y el designio de Zeus se cumplía así desde que una querella hubo de desunir al Atrida rey de los hombres y al divino Aquiles.”

Homero, Ilíada, Canto I. Trad. Luis Segalá y Estalella (1910). Dominio público.

Así inició Homero las líneas inmortales de la guerra de Troya en su Ilíada, un canto donde la cólera de Aquiles resuena como un trueno antiguo. Homero es, desde entonces, referencia obligada cuando hablamos de mitología griega. De su voz nacieron los poemas en los que dioses y mortales cruzan destinos, guiados unas veces por la gloria y otras por la fatalidad.

No solo nos legó la Ilíada: también la Odisea, viaje en el que Ulises —astuto entre los astutos— regresa a Ítaca sorteando los caprichos de los dioses y los abismos del mar. 

A él se atribuyen, además, himnos y relatos que rozan los Misterios Eleusinos, ecos de cultos sagrados que enlazaban lo humano con lo divino.

Hesíodo: el poeta del origen del cosmos.

Cuando buscamos los orígenes mismos de los dioses, no hay voz más clara ni más antigua que la de Hesíodo. En su obra Teogonía se alza el relato del nacimiento del cosmos, la irrupción de los Titanes, las guerras primordiales y el ascenso de los dioses olímpicos. Allí, en su poesía, el universo se ordena y el caos inicial se transforma en genealogía divina.

En Trabajos y Días nos entrega el mito de Pandora, portadora de dones y desgracias, y el origen de las razas humanas, cada una marcada por virtudes y fragilidades. 

Y en El Escudo narra las hazañas de Heracles, héroe cuyo valor y sufrimientos quedaron grabados en los doce trabajos que realizaron su nombre eterno.

Eratóstenes: el cielo como archivo mítico.

Sus relatos son esenciales para comprender la mitología de las constelaciones griegas.

Pocos han sido tan célebres en la astronomía y tan discretamente recordados en la mitología como Eratóstenes. El mundo lo conoció por calcular la circunferencia de la Tierra con una precisión admirable para su época, un logro que aún asombra a los científicos modernos.

Pero no fue solo un hombre de números: también fue un admirador de las estrellas. En sus Catasterismos reunió los mitos que dieron origen a las constelaciones, relatos donde héroes, dioses y criaturas quedaron grabados en el firmamento como memoria eterna de sus hazañas. Gracias a él, el cielo nocturno no es únicamente un mapa astronómico, sino también un archivo mítico que sigue hablándonos desde las estrellas.

Pseudo – Apolodoro: el gran recopilador de mitos.

La Biblioteca de Pseudo-Apolodoro fue fuente clave para estudiar los mitos griegos clásicos, llamada así porque su autoría es incierta constituye una de las obras más completas de la mitología griega. Su origen puede ser dudoso, pero su valor es indiscutible: en sus páginas se ordenan genealogías divinas, aventuras heroicas, guerras, destinos y metamorfosis. Es un compendio vasto, claro y sistemático, una guía indispensable para comprender el entramado de los antiguos relatos.

Otros autores que preservaron los mitos.

Pausanias, Heródoto, Diodoro Sículo y otros tantos historiadores, geógrafos, poetas, artistas e incluso actores de épocas pasadas también aportaron su voz a este universo. Con sus viajes, observaciones y narraciones transmitidas de boca en boca, preservaron historias que no siempre figuraban en los grandes poemas, pero que enriquecieron con matices y detalles el inmenso cosmos de la mitología griega.


Al paso del tiempo, la mitología griega ha extendido su influencia hasta nuestros días. Los rayos de Zeus, la égida de Atenea, el tridente de Poseidón y tantos otros símbolos divinos han modelado libros, historias, películas, podcasts y, sí, también blogs como este. Su presencia perdura porque nace de una fascinación profunda por lo desconocido y lo sobrenatural, por esas historias donde seres dotados de poderes extraordinarios pueden alterar el destino e imprimir su eco en la eternidad.

Así, explorar la mitología griega y el origen de sus dioses no es solo mirar hacia el pasado, sino comprender la raíz de muchas historias, símbolos y creencias que aún hoy acompañan nuestra cultura.

Estos mitos, lejos de apagarse, continúan avivando nuestra imaginación; siguen siendo espejos donde la humanidad busca comprenderse a sí misma.

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